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Aire Limpio, empresa especializada en soluciones de ventilación, filtración y purificación de aire, ha lanzado al mercado Siselco, un sistema que permite el sellado de los conductos de climatización mediante la inyección de un polímero de base acuosa vaporizado que sella las fugas de aire desde el interior del circuito de ventilación. La operación es monitorizada mediante un software que permite regular el flujo de aire y certificar el proceso de sellado.
En la actualidad, se calcula que los sistemas de climatización de los edificios (tanto en explotación como nuevos proyectos) sufren entre un 10 y un 25 % de fugas en su red de conductos, una situación que afecta negativamente a la calidad del aire interior. Además, las fugas en los sistemas de climatización originan un importante incremento de los costes energéticos del edificio. En este sentido, según estimaciones realizadas por Aire Limpio, un edificio de oficinas con una superficie de 10.000 m2 que presente un 15% de fugas de aire sufriría un sobrecoste energético de entre 1,00-3,00 €/m3/h. Siguiendo con el mismo ejemplo, la aplicación de Siselco permitiría en ese caso un ahorro potencial anual de hasta 22.500 €.
“Con el ahorro energético conseguido se recupera la inversión en un rango de entre uno y dos años. Hemos de tener en cuenta que los conductos con fugas son la causa principal de escape de aire en un edificio. Y esto, además de causar problemas de confort térmico, debido a los altibajos en la temperatura, puede conllevar unos mayores costes de energía e incluso incrementar los de mantenimiento”, señala Policarpo González del Valle, socio director de Aire Limpio.
El sellado de conductos aborda y mitiga múltiples fuentes de desperdicio de energía. Por ejemplo, al reducir las fugas los ventiladores reducen su régimen de funcionamiento, lo que supone también un significativo ahorro económico mensual. Este sistema mejora también la ventilación del edificio y la calidad del aire interior.
Siselco, al igual que el resto de sistemas de Aire Limpio, cumple con el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y permite, además, obtener el máximo nivel de estanqueidad en conductos (D).
“La mayoría de las instalaciones ni se diseñan ni se planifican con un criterio de sostenibilidad. No se tienen en cuenta las pérdidas que se producen en uniones de codos o en el ensamblado de tuberías, por poner solo dos ejemplos. Tampoco se realizan pruebas de estanquidad de la instalación para medir las pérdidas. Y todo esto tiene como resultado grandes pérdidas de energía y una baja eficacia en los sistemas de climatización y ventilación”, señala Policarpo González del Valle, socio director de Aire Limpio.