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Para solucionar este problema de los falsos techos, Ursa lanza al mercado su nuevo Ursa Terra BA P2292,un panel semirrígido que actúa como barrera acústica y que está compuesto de un núcleo de lana mineral y un recubrimiento kraft-aluminio.
Espacios sanitarios, educativos o de oficinas tienen, en muchas ocasiones, un falso techo común a toda la planta y subdivisiones, en habitaciones o despachos, en las que los paneles divisorios llegan solo hasta el falso techo. De esta forma, el ruido de estancias adyacentes se transmite por todo el plenum impidiendo el confort acústico.
“Con su instalación, en vertical, de forma perpendicular al forjado y al falso techo, se consigue una mejora del aislamiento acústico respecto al ruido producido en recintos adyacentes, conectados superiormente mediante un falso techo continuo”, explican.
De hecho, gracias a su instalación, se puede mejorar el nivel de aislamiento que proporciona el falso techo hasta 10dB. El panel, por sí solo, ya cuenta con un índice de aislamiento acústico de 17,5 dBA, como ha probado el ensayo realizado conforme a la norma UNE EN ISO 10848-2:2018, que mide tanto en laboratorio, como sobre el terreno, la transmisión por flancos del ruido aéreo, del ruido de impacto y del ruido del equipo técnico de edificios entre recintos adyacentes.
“Muchas veces los espacios que necesitan mayor confort acústico para conseguir bienestar o concentración, como aulas u oficinas, se construyen de forma modular o con paneles móviles. Esto ocasiona que, para distintas estancias el falso techo sea común. Aunque el plenum o hueco entre el techo real y el falso techo esté aislado, si no hay divisiones verticales, esto implica una probabilidad alta de que el ruido encuentro un camino sencillo para su transmisión”, explica José Rivas, experto en acústica y prescriptor y Soporte Técnico de Ursa.