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Con más del 85% del parque inmobiliario europeo construido antes de que existieran normativas exigentes en eficiencia energética, la rehabilitación de edificios se ha convertido en una prioridad estratégica para la descarbonización del sector. En este proceso, el sistema de aislamiento térmico por el exterior, Sate, se posiciona como una de las soluciones más eficaces y extendidas, alineada con los objetivos de sostenibilidad marcados por la Unión Europea.
La Asociación de Fabricantes de Morteros Industriales y Sate afirma que la rehabilitación del parque inmobiliario europeo es un eje estratégico para alcanzar los objetivos de descarbonización, considerando que más de 220 millones de edificios, el 85% del total, fueron construidos antes de 2001, en un contexto normativo con escasas exigencias en materia de eficiencia energética y aislamiento térmico.
En este marco, el sistema de aislamiento térmico por el exterior, Sate, se ha consolidado como una de las soluciones más empleadas en los proyectos de rehabilitación energética, desempeñando un papel relevante dentro de la denominada “Ola de Renovación” impulsada por la Unión Europea.
Según datos oficiales, cerca del 75% de los edificios en la UE presentan niveles de eficiencia energética por debajo de los estándares actuales. De estos, se estima que el 90% continuará en uso en 2050. Además, el parque edificado es responsable del 40% del consumo energético y del 36% de las emisiones de CO₂ del continente, de las cuales un 79% se genera por sistemas de calefacción y producción de agua caliente sanitaria.
La Directiva de Eficiencia Energética establece que las administraciones públicas, a todos los niveles, deben acometer la renovación del 3% anual de sus edificios. En este contexto, la conservación, adaptación y mejora del stock existente representa una vía directa para reducir las emisiones del sector de la construcción.
El sistema Sate contribuye a este objetivo al mejorar el aislamiento térmico de las envolventes, prolongar la vida útil de las estructuras y reducir la demanda energética de los edificios. A lo largo de su ciclo de vida, el sistema permite un ahorro de energía y emisiones de gases de efecto invernadero, GEI, superior al impacto ambiental generado durante su fabricación e instalación. Se estima que el retorno de la inversión en términos de carbono se sitúa por debajo de los dos años.
El sector vinculado a los sistemas Sate trabaja activamente en la mejora de la sostenibilidad y circularidad de sus soluciones, con el objetivo de contribuir a un parque edificado más eficiente, resiliente y alineado con los objetivos climáticos de 2050.