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Las energías renovables han alcanzado un nuevo máximo histórico en el sistema eléctrico español, superando el 56% de la generación total en 2024. Este avance ha sido impulsado principalmente por el incremento de la producción hidráulica (+3,7%) y el crecimiento sostenido de la fotovoltaica (+2,7%), que ya representa el 16,7% de la generación eléctrica total.
A pesar de estos datos positivos, el crecimiento de la demanda eléctrica sigue siendo un desafío. La demanda corregida apenas creció un 1,5% en 2024, un dato insuficiente para alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec), que requiere un incremento del 6,2% anual.
Una parte importante de la generación renovable no se contabiliza de manera oficial, como ocurre con el autoconsumo fotovoltaico, que ya cuenta con más de 8 GW de potencia instalada y cubre cerca del 3,7% de la demanda eléctrica nacional. Sin embargo, esta generación se considera, a efectos estadísticos, como una reducción de la demanda.
José María González Moya, Director General de Appa Renovables, ha subrayado la necesidad de mejorar las estadísticas oficiales: “Desde las administraciones, se debe realizar un esfuerzo por dotar a España de estadísticas oficiales sobre la generación de autoconsumo”.
Por su parte, la turbinación por bombeo representó el 2% de la generación eléctrica en 2024. Aunque gran parte de esta energía proviene de fuentes renovables, se clasifica como generación no renovable en los registros oficiales.
El almacenamiento, la gestión de la demanda y, sobre todo, la electrificación serán elementos clave para integrar más energía renovable en el sistema eléctrico. Según González Moya, “El incremento de la demanda debe ser consecuencia de una electrificación de los consumos fósiles, para que la transición energética tenga sentido no sólo medioambiental, sino también económico”.
El PNIEC establece un objetivo de aumento del 34% en la demanda eléctrica respecto a 2019, pero los datos actuales muestran un crecimiento muy por debajo de lo necesario.
El desarrollo de las energías renovables enfrenta desafíos técnicos y regulatorios. Las políticas intervencionistas, tanto del ámbito autonómico como nacional, representan una amenaza para la estabilidad del sector.
Iniciativas legislativas, como la aprobada recientemente en Galicia o propuestas surgidas del 41º Congreso del PSOE, podrían generar inseguridad jurídica y ahuyentar inversiones clave para el cumplimiento de los objetivos climáticos.
Además, estos cambios normativos podrían agravar la judicialización del sector, al entrar en conflicto con las leyes y reglamentos europeos. A pesar de estos desafíos, el ritmo actual de integración renovable permitiría alcanzar una penetración del 74% de la generación eléctrica en 2030, aunque aún por debajo del objetivo del 81% establecido en el Pniec.