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El seguimiento de la evolución del coste de la energía eléctrica y del resto de combustibles es uno de los temas de mayor interés para los consumidores, siendo en particular un asunto especialmente crítico para la industria electrointensiva, para la cual la electricidad es una de las materias primas fundamentales en su proceso productivo.
Según el Barómetro Energético de Aege, la factura por el consumo de energía eléctrica para un electrointensivo en España es 2,9 veces el coste de la energía en Francia y 1,8 veces el coste en Alemania lo que implica un 185% más caro que en Francia, y un 83% más caro que en Alemania.
Es de destacar que la gran industria de Francia adquiere un 62% de su electricidad con contratos más competitivos que el precio de sus mercados eléctricos a través de la tarifa Arenh, a 42 €/MWh.
Por su parte, los consumidores electrointensivos en España hacen frente a unos costes por los servicios de ajuste del sistema que no son considerados en Francia y Alemania. Esto amplía la brecha competitiva en más de 11 €/MWh.
Las compensaciones por CO2 indirecto que obtienen las industrias electrointensivas en Francia o Alemania son sustancialmente superiores a las que recibe la industria nacional, que están limitadas por la indisponibilidad presupuestaria. Concretamente, en Francia acceden a compensaciones por encima de las de nuestro país por un total de 10 €/MWh, mientras que en Alemania son 33 €/MWh superiores.