Hispalyt subraya la versatilidad del ladrillo cara vista en proyectos arquitectónicos

Llamado a la acción para la rehabilitación de fachadas

Hispalyt también ha solicitado subvenciones a través de los Fondos Next Generation para la rehabilitación de fachadas con SATE cerámico, con el objetivo de proteger el patrimonio arquitectónico. La asociación sostiene que los edificios son más que espacios habitables; son parte fundamental del patrimonio social, económico y cultural de un país, aportando carácter e identidad a nuestras ciudades.

Durante la Semana de la Arquitectura, Hispalyt reivindica el papel del ladrillo cara vista como un material transformador en la arquitectura. “Un producto tradicional que ha sabido evolucionar y adaptarse, combinando funcionalidad, resistencia y diseño. Nuestras ciudades no serían ni se entenderían sin el ladrillo”, afirmó Pedro Rognoni, presidente de Hispalyt y de la Sección de Ladrillo Cara Vista.

La campaña “Fachadas cara vista: un ecosistema completo” pone en valor la capacidad del ladrillo cara vista para responder a las nuevas necesidades de edificación, contribuyendo a la mejora del parque edificado, reduciendo la demanda de energía y mejorando la huella ambiental sin sacrificar la personalidad de los edificios.

Innovación en la arquitectura

“El ladrillo cara vista está evolucionando para definir sistemas innovadores de fachada, que permiten proyectar fachadas con identidad propia tanto en obra nueva como en rehabilitación”, destacaron desde la asociación. El vídeo publicado también permite a los profesionales conocer cada una de las soluciones constructivas disponibles y sus beneficios específicos.

Ante la creciente rehabilitación del parque inmobiliario, Hispalyt ha solicitado a las Administraciones que consideren las ventajas del SATE cerámico, conocido por su durabilidad y capacidad de preservar la identidad de las ciudades. Además, han demandado a los legisladores facilitar el acceso a los fondos Next Generation para comunidades de propietarios que deseen realizar estas mejoras, permitiendo así la renovación y modernización de los hogares sin comprometer su estilo arquitectónico.

“Estamos asistiendo a una transformación lenta pero imparable de nuestras ciudades. Necesitamos descarbonizar el parque edificado para adaptarlo a nuevos desafíos climáticos y energéticos, pero no debemos olvidar que una ciudad es también un lugar con historia e identidad propia”, concluyó Rognoni.