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Según las estadísticas, en la actualidad aproximadamente el 56% de la población mundial vive en ciudades y, en 2050, se espera que este porcentaje aumente hasta el 70%. Los desafíos sociales, económicos y ecológicos que esto conlleva ya se hacen notar hoy en día. Las exigencias de espacio y su uso aumentan constantemente, lo que genera conflictos de objetivos entre los distintos sectores. Por ello, una planificación con visión de futuro es esencial para preparar las ciudades, las zonas rurales y las áreas intermedias para el futuro. La BAU 2025, que se celebrará del 13 al 17 de enero de 2025 en Múnich, mostrará qué respuestas existen ya y dónde es necesario desarrollar nuevos enfoques.
Tradicionalmente, las zonas urbanas y rurales se definían por límites geográficos y funcionales claros: las ciudades como centros de población, industriales y de servicios, y el campo como espacio agrícola.
Sin embargo, estos límites se están desdibujando cada vez más y los desafíos para la ciudad, el campo y el espacio intermedio son cada vez más similares: desde el cambio demográfico y la infraestructura y la movilidad necesarias hasta la planificación espacial sostenible y el desarrollo de asentamientos internos.
Las tareas de planificación y desarrollo del territorio son fundamentales para el diseño sostenible de nuestros espacios vitales. Abarcan desde el uso sostenible del suelo, evitando el sellado del suelo mediante el desarrollo de asentamientos, preservando el patrimonio cultural y promoviendo la integración social, hasta los procesos de planificación participativa para afianzar la aceptación de las medidas en la población.
Un componente importante es el desarrollo de la “Nueva Carta de Leipzig” como documento de política de desarrollo urbano nacional, que aborda soluciones innovadoras y sostenibles en la planificación urbana y el desarrollo de distritos urbanos en las tres dimensiones de una ciudad justa, verde y productiva.
Después de todo, la transformación digital y las demandas cambiantes en términos de consumo y movilidad requieren una nueva combinación de producción, trabajo y vivienda para crear distritos urbanos vibrantes.
La adaptación y modernización de los edificios existentes es una de las principales tareas del sector de la construcción en el futuro. Para ello, se necesitan conceptos inteligentes que permitan una transformación flexible y un uso continuado, con el fin de preservar la identidad cultural y minimizar las emisiones.
Un ejemplo es la transformación de antiguas zonas industriales en distritos urbanos dinámicos que integren viviendas, comercio, ocio y cultura, preservando al mismo tiempo el significado histórico de los lugares.
El concepto de desarrollo interior en zonas rurales también pretende revitalizar y utilizar los edificios existentes y las zonas no utilizadas dentro de los centros urbanos existentes, en lugar de designar nuevas zonas de construcción en las afueras.
Además, los proyectos innovadores vinculan la infraestructura pública y los servicios sociales que no solo promueven el uso sostenible de los recursos, sino que también contribuyen a revitalizar los centros urbanos.
La transformación ecológica de nuestras ciudades, zonas rurales y barrios es una auténtica inversión de futuro.
No solo conduce a unas condiciones de vida mejores y respetuosas con el clima, sino que también ofrece un considerable valor añadido económico para todos los implicados. "La visión holística de las estructuras de los edificios en un contexto social es una competencia que los arquitectos, los arquitectos de interiores y paisajistas y los urbanistas reivindican con razón.
Su trabajo combina aspectos ecológicos, sociales, económicos, funcionales y de diseño y apoya la armonización de los intereses individuales con el bien común.
Con este "KlimaKulturKompetenz", el concepto rector de la Cámara de Arquitectos de Baviera, nuestros miembros asumen su responsabilidad y promueven la transformación ecológica en la planificación y la (re)construcción", afirma la profesora Lydia Haack, presidenta de la Cámara de Arquitectos de Baviera.
La vivienda asequible es fundamental para estabilizar las comunidades locales y la economía. La discrepancia entre la creación de 400.000 apartamentos acordada en el acuerdo de coalición y la disminución de los permisos de construcción residencial durante los últimos dos años es un gran desafío.
Sin embargo, también hay nuevas estrategias para enfoques innovadores. En lugares con una alta presión de asentamientos, la conversión de edificios existentes de otros tipos, como edificios de oficinas u hospitales, puede ser una forma de crear viviendas asequibles y vincularlas al distrito urbano existente mediante intervenciones inteligentes.
Otro enfoque es crear nuevas formas de vida que se centren en la comunidad y la apertura. Estos proyectos apuntan a explorar nuevas formas de vivir juntos e interactuar a través de una arquitectura flexible y adaptable. Ampliar el uso más allá del puramente residencial sirve no solo para revitalizar y utilizar las estructuras existentes, sino también como un lugar de encuentro social que promueve la comunidad.
El desarrollo sostenible en la planificación urbana, espacial y regional requiere nuevos procesos, métodos e instrumentos para poder responder rápidamente a los desafíos actuales y dar forma proactiva a los desarrollos futuros.
En vista de la rápida digitalización y el progreso tecnológico de los últimos 20 años, los procesos dinámicos deben adaptarse y revisarse continuamente.
Esto incluye el desarrollo de escenarios, así como formatos de participación innovadores que promuevan nuevas formas de codiseño y aceptación. En BAU 2025 se presentarán las mejores prácticas y el impulso escalable, así como las innovaciones de productos y sistemas que requieren.