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En los últimos meses se han producido dos grandes tragedias por incendio en locales de ocio y restauración que han despertado la atención mediática y han aportado visibilidad a la baja exigencia que existe en ocasiones en estos locales de pública concurrencia.
Tanto la tragedia de la pizzería en Madrid, donde murieron 3 personas, como la de las discotecas de Murcia, donde fallecieron 13, fueron ejemplo de fallos en la seguridad, realzando la importancia que tiene el comportamiento al fuego de los materiales para evitar la propagación del fuego así como la protección contra incendios (PCI) en general. También se ha podido constatar que es necesario un control más riguroso por parte de la administración y probablemente una legislación más exigente.
Por otro lado, en el área industrial, desde el sector hemos observado un fuerte incremento en los siniestros por incendio que se producen en plantas de tratamiento o almacenamiento de residuos. Esto puede ser debido a varios factores:
1- Un fuerte incremento del sector de tratamientos de residuos por causa del aumento de la circularidad de los productos que ha hecho que se creen muchas empresas debido a una nueva oportunidad de negocio.
2- La existencia de mayores riesgos de incendios debido a la baja segregación de residuos que mezclan objetos inflamables y equipos eléctricos con baterías incorporadas (desde un patinete a un juguete) que pueden generar chispas que inicien el fuego.
3- Instalaciones que al proceder de sectores poco preparados técnicamente no se tiene en cuenta la protección contra incendios. En bastantes ocasiones son empresas en las que se almacena de una forma descontrolada sin sectorizar y sin que existan planes de PCI.
Por otra parte, estamos a la expectativa de ver si el cambio a soluciones constructivas de fachadas, de los últimos años, tiene influencia en la PCI de las viviendas. Hasta ahora las construcciones eran mayoritariamente de tipo tradicional (fachadas pesadas de ladrillo, mortero…) y actualmente se realizan construcciones más ligeras con nuevos materiales que no están tan contrastados en cuanto al fuego. No hay más que ver los incendios últimos en rascacielos, tanto en España como en otros países. Además la rehabilitación de viviendas, necesaria para llegar a los compromisos contraídos por España de ahorro energético, hace que el comportamiento al fuego de las fachadas pueda empeorar respecto a lo anterior.
Otro de los grandes retos es compatibilizar la sostenibilidad, ya sea en el campo de la generación o el de la movilidad eléctrica con la PCI. Se están observando incendios tanto de vehículos eléctricos como en estaciones generadoras, y surgen dudas: ¿Podemos cargar un vehículo ligero en nuestra casa? ¿Hay que legislar respecto a las estaciones de carga de vehículos? ¿Son suficientemente seguras las cubiertas? Hay que permanecer atentos para ver si lo que ahora pueden parecer episodios aislados constituyen una tendencia.
En fin, tenemos cambios en los últimos años que están variando el “ecosistema” que conocíamos y provocan una cierta incertidumbre que tenemos que transformar en certezas de un entorno seguro, sin riesgos extra. Eso sólo se puede conseguir si todos los actores que intervienen en los distintos proyectos trabajan con profesionalidad y con la vista puesta en la PCI.
Para apoyar esta profesionalidad, desde el comité hemos elaborado unas fichas de productos para la protección pasiva, que esperemos constituyan una base para prescripciones más exigentes por parte de los actores del mercado de Protección contra Incendios: compañías de seguros, prescriptores, comunidades, etc. Aquí pueden descargarse.