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En cada proyecto de renovación de estructuras antiguas, especialmente en las casas de pueblo cargadas de historia y carácter, existe una fase fundamental que puede definir el éxito del proyecto: la preparación del terreno. En este contexto, el vaciado de roca en la base de estas edificaciones se convierte en una tarea crítica. “Aquí, el Cras destaca de una forma sin igual, demostrando ser un actor clave en la redefinición de las técnicas de construcción gracias a su eficacia, seguridad y precisión”, señalan desde Kayati.
Cras ha facilitado la transformación de una casa de pueblo, permitiendo la expansión y el fortalecimiento de su estructura desde la base.
Tradicionalmente, esta tarea implicaba procesos invasivos y ruidosos que podían comprometer la integridad de las edificaciones circundantes y la tranquilidad de los vecinos. Sin embargo, la intervención del Cras ha cambiado por completo estas dinámicas.
El proyecto comenzó con un meticuloso análisis de la roca que constituía la base de la casa. La roca era densa y extremadamente firme, “lo que presentaba un desafío considerable para los métodos de demolición convencionales”, explcan.
“Conscientes de estas dificultades, el equipo optó por el uso del Cras, garantizando la preservación del resto de la edificación y asegurando que el impacto ambiental y sonoro de estas modificaciones fuera mínimo, factor crucial en el contexto de una comunidad residencial”, indican desde Kayati.
En primer lugar, se emplearon técnicas avanzadas para perforar la roca firme, utilizando brocas de 32 mm de diámetro para crear una red de orificios de 0,30 m x 0,30 m y hasta 1,5 metros de profundidad. Este esquema meticuloso de orificios garantizó que el material se distribuyese de forma efectiva durante la fase siguiente.
Una vez que los orificios estuvieron preparados, se procedió a preparar la mezcla que posteriormente se utilizaría para rellenarlos. Esta incluye el componente Cras en su forma sólida y un 28 a 30% de agua. “Es crucial mezclar meticulosamente la masa para asegurar una textura homogénea y libre de grumos. Para esto, se recomienda el uso de una batidora especializada, lo que garantiza la consistencia óptima requerida para el proceso”.
Tras este segundo paso, se procedió a llenar completamente los orificios perforados. Esta etapa es decisiva, ya que la efectividad del Cras depende de la precisión en la carga de los agujeros.
Menos de 48 horas después, el impacto del Cras fue evidente: la roca se redujo a escombros sin generar estruendos ni explosiones, facilitando su extracción de manera segura y minimizando las molestias posibles.
"La habilidad del Cras para evolucionar métodos tradicionales hacia prácticas innovadoras y respetuosas es impresionante", dicen. Este material no solo proporciona una solución eficiente y segura que protege la integridad estructural de las edificaciones durante el vaciado de roca, sino que también apoya la preservación del legado arquitectónico y fortalece la cohesión dentro de la comunidad.