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Hispalyt, Anfapa, Tecnifuego y el Ayuntamiento de Madrid coinciden en reclamar un cuidado extremo en la ejecución de las obras en fachada para minimizar la propagación de eventuales incendios.
Existe una descompensación entre la reglamentación orientada a las exigencias de eficiencia energética en los edificios y la normativa vigente contra incendios, que no se actualiza al mismo ritmo. Sostenibilidad y seguridad deben ir de la mano y los edificios deben mejorar energéticamente pero sin que ello signifique que puedan empeorar desde el punto de vista de la seguridad, especialmente en el caso de incendios.
Estas fueron las principales conclusiones de la jornada técnica sobre gestión y prevención de incendios celebrada el miércoles 29 de mayo y organizada por el Colegio de Aparejadores de Madrid.
Pedro José Álvarez Morales, arquitecto técnico e inspector de prevención de incendios en el Ayuntamiento de Madrid, indicó que desde el año 2005 se han venido produciendo numerosos casos de incendios en fachadas ventiladas, un sistema constructivo que deja una cámara de aire entre el revestimiento y el aislamiento térmico, con un soporte que actúa de cerramiento exterior. Estos sistemas procuran un comportamiento térmico excelente del edificio en términos de eficiencia, facilitando la refrigeración del edificio en verano y el control de la dispersión del calor en invierno.
Sin embargo, el técnico del Ayuntamiento no ocultó que “en los sistemas de fachada ventilada, la propia forma de la cámara ventilada facilita la propagación del fuego”. Según Pedro José Álvarez, en la fachada ventilada los paneles de acabado exterior tienen una gran trascendencia, habida cuenta de que muchos edificios actuales se están rehabilitando mediante este sistema. “En el reciente siniestro del edificio de El Campanar, en Valencia, el aislante térmico empleado, la lana de roca, es incombustible, razón por la cual la composición del panel ha debido tener gran importancia en la voracidad del fuego, puesto que el edificio estaba en llamas en menos de una hora”. Según el especialista del Ayuntamiento, en Madrid se produjo un caso similar en 2020, en la Torre Ámbar, con un aislante también incombustible.
Las alarmas sobre el comportamiento ante el fuego de las fachadas ventiladas saltó a la opinión pública con el voraz incendio de la Torre Grenfell, que costó la vida en Londres a 72 personas en el año 2017. “A raíz de este incendio”, recordó Pedro José Álvarez, “todas las administraciones europeas se pusieron manos a la obra para que el caso no se volviese a repetir. En España, la última modificación del Documento Básico de Seguridad contra Incendios (DB-SI) entró efectivamente en vigor en septiembre de 2020 tras aprobarse un año antes”.
El funcionario municipal recordó que los ensayos adecuados para extraer conclusiones en la lucha contra el fuego son los que se hacen a escala real, por el momento bastante inaccesibles debido a su altísimo coste. Álvarez informó que desde el año 2018 se trabaja en la hipótesis de un ensayo a escala real armonizado a nivel europeo, pero ni siquiera hay todavía disponible un borrador. “De momento, lo que existen son ensayos a escala real en determinados países, como por ejemplo Gran Bretaña, Alemania o Japón, que no pueden exigirse en España”, apuntó el técnico municipal.