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La construcción no es diferente de cualquier otro sector. Viviendo en esta era de la eficiencia, la durabilidad y la búsqueda de objetivos de sostenibilidad, se ha convertido en una prioridad el hecho de buscar materiales avanzados para nuestras casas y edificios. Y uno de los mejores es la lana mineral.
Y es que, con una gama muy amplia de propiedades y ventajas respecto a otras alternativas, esta versátil sustancia se utiliza en un gran número de proyectos de construcción modernos. Pero, ¿qué es la lana mineral? ¿Qué usos tiene en la construcción y por qué se ha hecho tan popular entre constructores y arquitectos? Veámoslo.
La lana mineral, o lana de roca, es un material fibroso procedente de rocas naturales (como basalto o diabasa) o escoria reciclada directamente para formar fibras. A este componente base se le añaden rellenos, como aglutinantes vegetales que pueden incluir lignosulfonatos; y aditivos que mejoran las propiedades, como la emulsión de aceite para la resistencia al agua.
Dicho de otra forma, este material suele fabricarse fundiendo roca basáltica o escoria industrial en un horno, y luego hilando el material fundido en finas fibras. Más tarde estas fibras se unen para formar láminas o rollos o se utilizan en el aislamiento de relleno suelto ¿El resultado? Un aislamiento ligero, polivalente y con excelentes propiedades de aislamiento térmico y acústico, similar a otros materiales avanzados y modernos como el XPS poliestireno extruido.
Hay dos tipos principales de lana mineral: de roca y de escoria. La lana de roca se fabrica con roca basáltica natural, y la de escoria, con los subproductos residuales de la producción de acero.
Ambos tipos reciben el mismo nombre al tener muchas similitudes, ya que presentan excelentes propiedades de resistencia térmica y absorción acústica. Sin embargo, las diferencias de diseño implican inevitables diferencias de rendimiento (y aplicación).
No obstante, todos los tipos son apreciados por su capacidad para soportar altas temperaturas y mantener la integridad estructural, lo que convierte a la lana mineral en una excelente elección para aplicaciones ignífugas.
¿Cuáles son las ventajas de la lana mineral en la construcción?
Veamos a continuación qué hace que este material destaque sobre otras alternativas a la hora de aislar superficies o protegerlas contra el fuego.
Una de las razones principales por las que la lana mineral es tan popular en la edificación y la construcción es porque tiene grandes propiedades aislantes, lo que hace que sea un elemento de alto valor en la reducción del gasto de funciones como la calefacción o la refrigeración.
Por ejemplo, en invierno, los edificios aislados con lana mineral son significativamente más cálidos; y en verano, más frescos.
Por su parte, la densidad y estructura de sus fibras también son excelentes para la absorción del sonido, lo que aportaría un mayor confort acústico al edificio.
La seguridad es lo primero en la construcción; y la lana mineral destaca en este aspecto por lo incombustible que es. Y es que este tipo de aislante no arde como otros materiales similares. Mientras que algunos empiezan a arder o a producir humos tóxicos a temperaturas muy bajas, ¡la lana mineral puede mantener hasta 1000°C sin fundirse!
Esa característica la hace perfecta para las paredes, techos y suelos resistentes al fuego, a fin de garantizar el tiempo suficiente disponible para la evacuación de las personas, así como para limitar los posibles daños estructurales debidos al fuego.
Este tipo de material se utiliza mucho para aislar paredes, tejados y suelos en la construcción de edificios residenciales. Su alto valor de resistencia y sus cualidades insonorizantes la convierten en un excelente complemento para el confort y la eficiencia energética de tu hogar.
Y también incluye una capa adicional de seguridad proviene de sus propiedades resistentes al fuego, las cuales son particularmente importantes en edificaciones de alto riesgo, como las estructuras de varios pisos.
La lana mineral es necesaria para aplicaciones comerciales e industriales, ya que es resistente y flexible. Además de en los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, la lana mineral también puede ubicarse como material de núcleo en paneles utilizados para las paredes exteriores de los edificios comerciales, entre otros entornos.
Con una gran tolerancia a las condiciones severas, y capacidad para soportar temperaturas extremas, es ideal para industrias que requieren una seguridad y robustez óptimas.
Además de los usos comunes, la lana mineral se utiliza para aplicaciones especializadas cuando una zona tiene un código local muy estricto. Por ejemplo, en la industria petroquímica se suele utilizar para aislar tuberías y depósitos de almacenamiento para conseguir estabilidad térmica y ahorrar así energía.
Y en la construcción naval y marítima, la lana mineral es esencial porque proporciona tanto aislamiento como insonorización; factores que son críticos para garantizar que los barcos sean habitables y las condiciones de trabajo o de vida óptimas.
Al final, su versatilidad se presta a tantas aplicaciones especializadas diferentes que todas pueden aprovechar una, sino varias, de estas propiedades.
Así pues, con la creciente necesidad de materiales de construcción sostenibles y eficientes, la lana mineral surge como un producto que satisface los requisitos actuales y las demandas futuras de los consumidores. No es de extrañar, pues, que se haya convertido en una opción tan popular para todo tipo de proyectos.