Empresas Premium
Las zonas urbanas son las más habitadas y las que más contaminación producen. Un total del 55% de la población mundial vive en las ciudades y se prevé que en el 2050 llegue a un 68%, según ha publicado las Naciones Unidas. El McKinsey Study ha concretado que las aplicaciones de las ciudades inteligentes pueden mejorar la calidad de vida de una población entre un 10 y un 30%.
Las smart cities se definen como “la aplicación de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y las capacidades de procesamiento de la información para mejorar la planificación, el diseño y las operaciones urbanas”, según la Agencia Internacional de Energía. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos destaca que “la digitalización tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de los ciudadanos para conseguir una mayor inclusión, sostenibilidad y resistencia”.
Los resultados han sido positivos al realizar estudios para comprobar si el uso de tecnologías beneficia al usuario. Actualmente, solo se utiliza un 10% de los datos sobre la calidad del aire, el consumo de energía, los patrones de tráfico y los datos geoespaciales. Mientras que, si se aumentara el uso, la información permitiría mejorar la situación de las ciudades.
A pesar de que todo indica que las smart cities ayudan a mejorar la calidad de vida de la población, también deben superar algunos obstáculos que ha recogido la escuela de negocios TBS Education - Barcelona.
1. Las limitaciones de los datos. Los datos están protegidos por políticas de privacidad y de seguridad, además de existir barreras que restringen el intercambio de información. Para solucionarlo es necesario crear plataformas en las que se compartan los datos y que la protección de estos permita una comunicación transparente.
2. La insuficiente coordinación. No hay una vía de diálogo para que los gobiernos utilicen mecanismos similares y los recursos derivados para ello son insuficientes. Sería necesario crear plataformas de intercambio de conocimientos y formar redes transversales.
3. La falta de capacidad. El acceso a las herramientas de digitalización está delimitado, así como la oportunidad de buscar nuevos métodos. En cambio, mediante iniciativas para fomentar habilidades digitales y el desarrollo de programas de formación, el problema puede resolverse.
4. El acceso a la financiación. Los ingresos son escasos y no hay posibilidad de endeudarse, pero con el fomento de las alianzas público-privadas y la redirección de la financiación se pueden superar estas amenazas.
5. Los riesgos de la digitalización. No existe igualdad frente al acceso al mundo digital y las tecnologías digitales producen impacto medioambiental. Sin embargo, este punto puede quedar solventado con el desarrollo de nuevas directrices en la seguridad cibernética y realizando proyectos inclusivos.
En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por la ONU, se encuentran las características de las smart cities. Las metas que se proponen están relacionadas con los objetivos que se proponen en estas ciudades. Por ejemplo, asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados y aumentar la urbanización inclusiva y sostenible.
En el caso de España, 10 de sus ciudades se encuentran en el Cities in Motion Index y las 5 más importantes son: Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla y Málaga. Todas ellas cuentan con proyectos innovadores que han hecho prosperar el estado de la población, entre ellas se encuentran el uso de aplicaciones y la actualización de los elementos de la vía pública.