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La central hidráulica de EDP en Proaza, obra de Joaquín Vaquero Palacios, ya forma parte del registro de la Fundación Docomomo Ibérico. Esta fundación representa en España y Portugal a la organización internacional que tiene el objetivo de inventariar, divulgar y proteger el patrimonio arquitectónico del movimiento moderno. Para hacer oficial esta inclusión, la instalación hidráulica de la compañía energética ha acogido un acto en el que se ha colocado una placa que lo acredita.
El edificio forma parte, dentro del catálogo de la Fundación Docomomo, del registro “La arquitectura de la industria”, en el que se encuentran 183 obras en total. Entre ellas, el poblado de Ribera de Arriba, la gran bodega del Tío Pepe, en Jerez de la Frontera, o el hangar y talleres del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Al acto de entrega de la placa han asistido el alcalde de Proaza, Jesús García; el presidente de la Fundación Docomomo Ibérico, Celestino García; el director de Relaciones Institucionales de EDP España, Luis Álvarez; y el Decano Presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias (COAA), Miguel Casariego.
Construida entre 1964 y 1968 para dar una solución al salto de Proaza, la central de EDP suma más de 250.000 horas de funcionamiento y más de 4.200 GWh generados de energía 100% renovable, el equivalente al consumo medio anual de más de un millón de hogares. 1979 fue el año de mayor producción, cuando la central generó 124 GWh.
Tal y como recoge la web de la Fundación Docomomo, la intervención de Vaquero Palacios en las centrales hidráulicas constituye un ejemplo único en la arquitectura española. La de Proaza puede considerarse como la que integra con mayor claridad ingeniería, arquitectura, pintura y escultura.
La estructura, muy sencilla, ofrece una solución de cerramiento de superficie quebrada y desarrollable, que proporciona una gran rigidez al conjunto para contrarrestar los empujes longitudinales y transversales del puente grúa. A su vez, presenta un aspecto muy movido de planos que logran una gran integración paisajística. En uno de los muros testeros exteriores de la central hay un gran panel compuesto de 16 relieves de hormigón, que consisten en interpretaciones esquemáticas de signos de la antigüedad.
En el interior se dispone un espacio central de doble altura. Los alternadores, situados en la planta baja, constituyen auténticas esculturas rodeadas por seis murales que representan motivos eléctricos y campos magnéticos.