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Las humedades representan cerca del 30% de las patologías más habituales en los inmuebles, según el III Análisis Estadístico Nacional sobre Patologías en la Edificación, realizado por la Fundación Musaat. Su aparición puede deberse a diversas causas, como la capilaridad, las filtraciones o la condensación, y su consecuencia más habitual, el moho, puede desencadenar problemas en la salud y el bienestar de sus ocupantes.
Pero la presencia de humedad también provoca efectos no deseados en los materiales de construcción como la corrosión, el deterioro de las conducciones, las eflorescencias o la reducción de la capacidad aislante de los materiales aislantes térmicos.
“Los materiales de aislamiento térmico deben sus propiedades aislantes a su estructura interna, que retiene un elemento gaseoso, de baja conductividad térmica, en el interior de pequeñas cavidades. La presencia de agua líquida en el interior del aislamiento desplaza al elemento gaseoso, incrementando notablemente la conductividad térmica del aislamiento, reduciendo la capacidad aislante y aumentando las pérdidas energéticas a través del cerramiento”, advierten desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes (Andimat).
Por este motivo, se ha publicado el documento “La función del aislamiento en la protección frente a la humedad”, en el que se presta atención al flujo del vapor de agua en el interior y exterior de los edificios y su influencia en la pérdida de confort térmico.
“Más que de una envolvente térmica, hablamos de una envolvente higrotérmica. Por supuesto, hay que lograr hermeticidad para evitar que se cuele el aire exterior, pero también hay que evitar que el aire interior, cargado de humedad a mayor temperatura, penetre por los intersticios y alcance cámaras de aire donde el vapor pueda saturar y condensar sobre superficies más frías”, afirman desde el Grupo de Trabajo.
Para evitar estos problemas, desde Andimat ponen en valor el papel del aislamiento, el correcto diseño, la realización del cálculo de condensaciones y su adecuada instalación, como las medidas más eficaces para evitar estos flujos, recordando que, en algunos casos –como las humedades intersticiales–, la instalación de materiales con barrera de vapor evitan la aparición de patologías como el moho o las eflorescencias. “No debemos olvidar que esta deberá colocarse en la cara cálida del muro”, recuerdan en su capítulo de buenas prácticas.
El documento “La función del aislamiento en la protección frente a la humedad” está diseñado para resolver aquellas dudas que puedan tener los profesionales del sector –arquitectos, arquitectos técnicos, ingenieros, constructores, instaladores, etc.–, introduciendo nociones básicas sobre el papel del aislamiento en la protección frente a la humedad, además de ofrecer una visión global sobre la normativa existente. Esta publicación revisa los aspectos relevantes en las diferentes soluciones constructivas, también desarrolla soluciones concretas, propone buenas prácticas y ofrece explicaciones de ensayos y requisitos a los productos en mayor detalle.
‘’Nos encontramos en un momento transcendental con las mayores subvenciones de la historia para la rehabilitación energética de los edificios en España. Es fundamental compartir conocimiento con los técnicos para asegurar la máxima calidad constructiva y mejores prestaciones térmicas y así reducir la demanda energética de los edificios. Debemos evitar a toda costa patologías de humedades que generen problemas de salud y reduzcan la capacidad aislante de los edificios’’, concluye Luis Mateo, director general de Andimat.