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En España, cerca del 60% del consumo medio de energía de una vivienda se produce en climatización y Agua Caliente Sanitaria, según datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía, Idae, “lo que traducido a euros puede suponer un gasto de hasta 3.000 € al año, dependiendo del tipo de vivienda, estado de conservación y zona climática donde se encuentre”, aseguran desde Wolf.
La adopción de sistemas más eficientes y un mayor control sobre el consumo, permite ahorros energéticos que van del 15 % al 35%. “Si se opta por la climatización con aerotermia, combinada con energía fotovoltaica, se puede alcanzar ahorros próximos al 80% –además de una reducción de las emisiones del 50%–, ya que en este caso 3 de cada 4 kW de energía aportados a la vivienda serán gratuitos y renovables”, explica Günter Kenk, jefe de producto BU Wolf Heating & Ventilation de Wolf.
Un ejemplo claro lo encontramos en una vivienda unifamiliar de Hoyo de Manzanares, municipio situado en el noreste de la Comunidad de Madrid, en la zona climática D (con inviernos fríos y veranos muy cálidos). “Allí, Wolf ha llevado a cabo la instalación de un equipo de aerotermia FHA 11/14 con fancoils, que ha permitido una reducción de la factura energética cercana al 50%, pasando de los 2.000 € / temporada de calefacción a 1.018 /temporada”, explican.
Se trata de una vivienda construida en el año 2004, que contaba con una caldera de gasoil y radiadores en todas las habitaciones. Los propietarios tenían un gasto por temporada de calefacción cercano a los 2.000€ (en 2022) y querían un sistema que incrementase su eficacia, mejorando el confort en la vivienda.
“Nosotros ya contábamos con una caldera de condensación de última generación y válvulas en los radiadores para controlar la temperatura, que nos permitían disfrutar de un elevado grado de confort. Sin embargo, con la subida de los precios de la energía y el combustible nos planteamos realizar este cambio, apostando por un sistema mucho más eficiente y de menor impacto ambiental”, explica la propietaria, Begoña Huetos.
Desde la empresa se propuso la sustitución de la caldera de gasoil por un equipo de aerotermia FHA 11/14 de Wolf. Esta bomba de calor, de fácil instalación en el exterior y una fiabilidad de funcionamiento a largo plazo, contiene gas fluorado R-32, con un valor tres veces más bajo (675 equivalencia en CO2) que los refrigerantes estándar, por lo que consume menos energía con temperaturas exteriores bajas y tiene un menor impacto ambiental. Es una solución muy versátil –se puede instalar tanto en unifamiliar como en un edificio de hasta cinco viviendas–, que puede hibridarse y/o complementarse con otras soluciones WOLF, dando lugar a sistemas aún más eficientes y sostenibles.
La instalación se completó con la sustitución de radiadores por fancoils en algunas de las estancias– garantizando así que la temperatura se mantenga entre 21 (invierno) y 24 ºC (verano)–, así como con un equipo de aerotermia para producción de ACS, Wolf SWP-260. “Esta solución facilita la producción de ACS de forma sencilla, con la energía procedente del aire tanto del interior como del exterior”.
Tanto la FHA Monoblock como el sistema SWP-260 se pueden integrar con sistemas fotovoltaicos, lo que permite una importante reducción del consumo de energía. Por este motivo, en esta vivienda se optó por la instalación de paneles con una potencia instalada de 4,9 kWp y se adecuó el control de climatización con la generación de fotovoltaica. De los 7.500 kW/h generados en la temporada de calefacción 2022, 2.200 kW/h fueron aprovechados por la aerotermia.
“La reducción de la factura ha sido notable”, concluye Huetos. “Incluso con los precios de la electricidad elevados, como en la situación actual, nosotros hemos disfrutado de un elevado grado de confort, al tiempo que hemos reducido nuestra factura cerca de un 50%, pagando unos 169 €/mes por la calefacción de nuestra vivienda”, finaliza.