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El consumo de cemento en España ha cerrado 2022 con una caída del 0,8%, lo que lo sitúa, en valores absolutos, en 14.911.448 toneladas, 120.057 menos que en 2021, según los últimos datos publicados en la Estadística del Cemento presentada por Oficemen. "Este dato es el segundo más elevado de la última década y aún permite mantener los volúmenes de consumo en el entorno de los 15 millones de toneladas", concretan.
En este retroceso ha influido la caída del 6,3% registrada en diciembre, un mes en el que el consumo se ha visto lastrado por la incidencia generalizada de las lluvias en gran parte del territorio nacional, y en el que se han perdido cerca de 80.000 t respecto al mismo mes de 2021.
“2022 ha sido un año atípico y complejo. La invasión de Ucrania trajo consigo una fuerte incertidumbre económica a escala internacional acompañada de un crecimiento acelerado de los costes energéticos y la inflación, variables ambas que han marcado la evolución del ejercicio. A pesar de los excelentes resultados del arranque y la expectativa de convertirse en el año de la recuperación, finalmente las caídas de consumo encadenadas desde mayo nos han dejado con un volumen de consumo plano, muy similar al de 2021”, explica el presidente de Oficemen, José Manuel Cascajero.
“Para 2023, esperamos un inicio de año con valores en negativo, como consecuencia de la comparativa con el buen arranque que tuvimos en 2022. Confiamos en que a lo largo del año se aprecie una ligera recuperación, impulsada por la llegada de los fondos del Plan de Resiliencia cuyo impacto aún no se está notando”, añade Cascajero.
En este contexto, el departamento de estudios de Oficemen baraja una horquilla de entre un 0% y un -3% para la evolución del consumo en España en 2023. Finalizar el año en uno u otro extremo de esta horquilla dependerá de la evolución macroeconómica en lo referido a los tipos de interés, la inflación, los costes energéticos, la llegada de los fondos europeos y, sobre todo, de la ejecución real de la obra pública.