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Aunque más tarde de lo que corresponde al calendario, las bajas temperaturas ya han llegado. La prolongada crisis geopolítica en Ucrania y las tensiones inflacionistas derivadas de la carestía de los combustibles han puesto el foco en dos de las principales preocupaciones de una Europa que trabaja intensamente en su resiliencia y sostenibilidad: el ahorro energético y la reducción de los gases de efecto invernadero.
En materia de edificación, la vía legislativa ya ha dado pasos de gigante para corregir estos sobrecostes económicos y sociales con exigencias para nuevas construcciones y rehabilitaciones que inciden en el uso de materiales y certificaciones que garanticen la eficiencia energética. También trata de evitar las desigualdades y proteger el estado del bienestar en estos momentos de pérdida de poder adquisitivo en los que la eficiencia es también una cuestión de primer orden para el bolsillo de los ciudadanos.
Según un estudio reciente de Cambridge Econometrics, el precio final de la luz y el gas - el que abonan los consumidores domésticos-, casi se ha duplicado en los últimos dos años en España.
“El ahorro energético no es solo una cuestión de Estado por motivos de sostenibilidad o dependencia, se ha convertido en una de las principales preocupaciones y gasto de los ciudadanos, con precios históricos que obligan a destinar buena parte de los ingresos de las familias a algo tan básico como el confort en el hogar”, explica el presidente del Gremi de Rajolers de la Comunitat Valenciana, Ismael Alonso. “La resistencia térmica de los materiales constructivos es fundamental para corregir este desequilibrio y reducir la dependencia energética”.
La Asociación valenciana de fabricantes de ladrillos y tejas continúa desarrollando su campaña de promoción junto con Hispalyt, en la que, bajo la denominación “Paredes de Ladrillo, soluciones que cumplen”, reivindica la capacidad de las soluciones de fachadas y paredes separadoras de ladrillo y bloque cerámico para reducir el consumo energético e incrementar el confort y la seguridad en cualquier proyecto constructivo.
Sus promotores destacan que sus materiales aportan soluciones con una elevada inercia térmica que cumplen requisitos técnicos establecidos para las certificaciones ambientales más exigentes, permitiendo un gran ahorro energético. Además, “los ladrillos y bloques cerámicos tienen un coste de instalación más bajo que el de otras alternativas que podemos encontrar en el mercado: requieren menos mortero, son materiales más ligeros que permiten el uso de piezas de mayor formato y agilizan el montaje”, explica Alonso.
La resistencia térmica de las fábricas de ladrillos y bloques cerámicos es mayor que la de otros materiales, lo que unido a un buen diseño permite optimizar el aislamiento. Incluso en las condiciones climáticas más duras, estas soluciones constructivas contribuyen a reducir las necesidades de calefacción en el interior de los edificios.
Además, gracias a su hermeticidad y transpirabilidad, contribuyen a conseguir una buena estanqueidad, manteniendo unas óptimas condiciones en el ambiente interior del inmueble y reduciendo la aparición de patologías que pudiesen comprometer su durabilidad y la salud de sus usuarios.
El Gremi de Rajolers de la Comunitat Valenciana desarrolla, junto a Hispalyt, la campaña “Paredes de ladrillo, soluciones que cumplen”, cuyo objetivo es mostrar las prestaciones y ventajas de las soluciones para fachadas y tabiquería interior para el cumplimiento integral del Código Técnico de la Edificación.
Para más información visita la web de Paredes de Ladrillo.