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Según las Naciones Unidas el consumo del agua se ha multiplicado por seis, llegando a un punto en el que en 2030 la demanda superará en un 30% a la oferta. El agua es un bien preciado para los hogares, pero eso no quiere decir que sea ilimitado.
España es el país de la Unión Europea que más agua consume, 132 litros al día por persona. Principalmente se utiliza para el consumo personal, el lavado de ropa, el saneamiento, la higiene y el cocinado.
Según Xylem un edificio rehabilitado permite ahorrar hasta un 40% de agua. Entre estas mejoras se encuentran el perfeccionamiento de griferías y aparatos sanitarios o procesos de depuración que separan las calidades del agua. Aplicando soluciones como estas se ha visto que se reducen los costes de limpieza del sistema un 80% y los costes de energía hasta un 70% en los hogares.
Pero reformar la casa no es la única solución. El gasto de agua a nivel personal en los hogares también se puede disminuir considerablemente. Los pequeños gestos diarios en la rutina son los que marcan la diferencia a la hora de reducir el derroche. Uno de los primeros hábitos que hay que revisar es la grifería.
El inodoro es otro de los gestos diarios que se pueden cambiar. Los modelos más modernos cuentan con cisterna de doble pulsador, que permite al usuario elegir el caudal que se va a utilizar.
Algunos otros gestos que pueden ayudar son, el cierre de grifos al lavarse los dientes o fregar, duchas más cortas, utilizar la lavadora y el lavavajillas únicamente cuando estén llenos, sí se tiene jardín, instalar un sistema de goteo automatizado o aprovechar el agua de la lluvia.
