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En España, la tasa de elementos recuperados en obra para su reciclaje es una de las más bajas de Europa, situándose en torno al 37%. La ‘Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular’, aprobada por el Congreso, contempla que las sustancias peligrosas se retiren en las obras de demolición prohibiendo su mezcla con otros residuos. La normativa estatal obliga, desde julio de 2022, a que los Residuos de la Construcción y Demolición no peligrosos sean clasificados en, al menos, madera, fracciones de minerales, metales, vidrio, plástico y yeso.
El Proyecto Valrec liderado por Surge Ambiental y Valoriza Grupo Sacyr, parte con un presupuesto de cinco millones de euros y dos años de duración, se desarrolla en la Comunidad de Madrid y cuenta con la participación Allgaier Mogensen, Adcore, Sodira, Hormicruz, Kolokium, GBCe y Sika. Además, cuentan con el apoyo del centro de investigación y desarrollo tecnológico Tecnalia, del Instituto Eduardo Torroja de Ciencias de la Construcción IETcc y el respaldo de la Universidad Autónoma de Madrid UAM.
El responsable de Sostenibilidad de Sika España, Carlos Fortes, explica que “la crisis de las materias primas y la energía está acelerando la transición hacia una economía más circular. En construcción, esto se traduce en una nueva concepción del edificio, no solo como un producto final, sino como un posible banco de materiales para futuras construcciones”.
Entre sus objetivos principales está incrementar en un 30% la circularidad de recursos minerales hacia productos de construcción de mayor valor para el año 2025. También busca reducir la huella de carbono de las empresas participantes en aproximadamente un 20%, y fomentar la creación de empleo estable y de calidad, apostando por la formación y la recapacitación de los profesionales del sector.
“Valrec supone una importante oportunidad, pero también un tremendo desafío, ya que no solo se trata de abordar la recuperación de los materiales de construcción, sino que hablamos de su transformación en otros productos de mayor valor a través de una fuerte apuesta por la innovación”, apunta Fortes.
Sika publicó recientemente el Libro Blanco, en el que se recogen iniciativas logradas por la compañía como, la reducción en un 42% de los residuos de su planta de Alcobendas, lograda entre 2019 y 2021. También en 2021, puso en marcha una iniciativa para reducir la cantidad de árido y/o carbonatos que se usan para la limpieza de las mezcladoras donde se fabrican los morteros, lográndose una reducción del 20%. Y a nivel global, la compañía participa en el proyecto reCO2ver, para el reciclaje del hormigón.
“Este es un reto que se alinea perfectamente con los objetivos de la compañía, que desde hace años desarrolla diferentes acciones para reducir sus residuos y potenciar el reciclaje de materiales como el hormigón”, finaliza.