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El taller de Enzo Ferrari en Módena sufría un importante probema de humedad por capiltaridad que fue solucionado mediante la instalación de dos unidades del sistema Biodry que cubrirían toda la superficie del taller y la vivienda.
El museo Enzo Ferrari se sitúa en Módena y está centrado en la vida y las obras de Enzo Ferrari, el fundador de la marca de automóviles deportivos Ferrari. El complejo del museo incluye dos edificios separados, una antigua casa y taller que perteneció al padre de Enzo Ferrari, y un nuevo edificio diseñado por Future Systems. El nuevo edificio de 6.000 metros cuadrados alberga, en una gran galería, una exposición permanente que exhibe algunos de los automóviles más importantes de Ferrari, incluidos los coches raros de la década de 1950, los automóviles de Fórmula Uno y los automóviles deportivos más recientes.
"Todos los muros del taller y la vivienda presentaban un altísimo grado de humedad por ascenso capilar desde el terreno debido a una falta de impermeabilización entre el terreno y la cimentación del edificio y a la alta porosidad de los materiales de construcción de ladrillo macizo cerámico y mortero de cemento", explican desde la empresa.
Esta humedad acarreó un segundo problema: salinización de la superficie de los muros. Las sales estaban deteriorando el aparejo de ladrillo a una velocidad alarmante. Se intentó solucionar el problema en el pasado aplicando un revestimiento impermeabilizante a los ladrillos. Esta decisión solo acarreó mayores problemas, ya que al aplicar un material no transpirable el nivel de humedad dentro de los muros aumentó y la banda donde las sales cristalizan también comenzó a elevarse, buscando nuevas zonas donde la humedad pudiera evaporarse al exterior.
Dar una solución efectiva y definitiva a un problema de estas dimensiones en este edificio de gran valor histórico y turístico hubiera sido impensable sin el desarrollo e investigación de la ciencia. Se procedió a la instalación de la tecnología Suiza Biodry Advance Wall Technology.
Así pues, se instalaron dos dispositivos Biodry que cubrirían toda la superficie del taller y la vivienda. El proceso de secado pudo haberse acelerado si no fuera por el impedimento de los ladrillos recubiertos por el producto impermeabilizante que impedía una rápida deshidratación de los muros, dado que inhabilita la transpiración natural del muro haciendo que parte del agua no pudiera evaporarse hacia el exterior.
A pesar de estar en una situación constructiva adversa, los resultados durante los servicios de monitorización que se realizaron durante los primeros años hablan por sí solos. Los muestreos fueron realizados siguiendo las directrices de la normativa europea UNI 11085-2003.
Deshidratación integral de la totalidad de la construcción, alcanzando unos valores residuales inmejorables por ningún otro sistema del mercado. El museo no tuvo que cerrar ni un solo día, por lo que las visitas de turistas pudieron seguir sin interrupción mientras se iba procediendo el secado completo del edificio.