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La reforma de un piso de 110 m2 en Madrid, La casa del día después, ha dado la oportunidad a Jung de contextualizar su gama de mecanismos LS Cube en un nuevo modelo de vivienda propuesto por el estudio de arquitectura Takk, compuesto por Mireia Luzárraga y Alejandro Muiño.
Desde Jung consideran que, en la práctica, La casa del día después “es una de las muchas respuestas posibles a una crisis climática con implicaciones que van más allá de la tecnología, para adentrarse en lo que de político y filosófico tiene nuestra forma occidental de estar y ser en el hogar”.
Al contrario que en la película homónima, El día después, que es cine catastrófico en estado puro transido de pocas o ninguna esperanza en el mañana, Mireia Luzárraga y Alejandro Muiño plantean en esta vivienda una alternativa en positivo, viable y de futuro.
Pero como no hay mañana sin cambios, en La casa del día después se han introducido algunos muy importantes. Uno de los más significativos es quizá la aplicación de una perspectiva de sostenibilidad energética y medioambiental a la hora de configurar la distribución de la vivienda. En lugar del enfoque tradicional basado en habitaciones y pasillos, se ha aplicado un criterio de gradientes térmicos, más respetuoso con el entorno.
Así, la peculiar climatología bipolar madrileña se plasma en el uso de madera y corcho natural en las áreas más aisladas térmicamente de la vivienda, que son de uso durante el invierno. Mientras que en las de verano se eliminaron aislamientos de paredes, techos y suelos, terminando estos planos con un mortero de cemento de gran inercia que ‘roba’ el calor al aire interior.
Es en estas texturas sobre las que se han aplicado los mecanismos eléctricos de la serie LS Cube de Jung, conectados mediante tubos metálicos. De gran impacto visual, esta colección de instalación en superficie destaca estéticamente en paredes de hormigón, piedra natural o ladrillo visto, e incluso sobre madera natural o rústica, materiales habitualmente utilizados en espacios abiertos como lofts, desvanes, galerías o edificios de estilo industrial.
El lenguaje empleado por este último, fruto de la creatividad de jóvenes artistas neoyorquinos de la década de los cincuenta, se caracteriza por la desnudez en estructuras y materiales. Las imperfecciones en las texturas, como es la nudosidad de la madera, junto con la presencia de hierros, vigas y cañerías, remiten a una paleta de colores muy específica: negro, aluminio, acero y blanco, acabados todos ellos disponibles en el porfolio de la LS Cube.
En La casa del día después se empleó el blanco alpino en todas las superficies, destacando especialmente sobre la madera de pino natural de los paneles y en las planchas de corcho negro utilizadas como aislamiento térmico. El resultado es un interesante contraste cromático, elegante y llamativo, que atrae la mirada, quizá porque quienes lo contemplan redescubren la herencia Bauhaus del diseño práctico y elemental de la popular gama LS 990 de Jung.
Esta última, uno de los estándares más longevos de la industria con un historial de más de 50 años de éxitos, proporciona también a la serie LS Cube más de 200 funcionalidades diferentes, desde enchufes e interruptores hasta conexiones multimedia. Asimismo, están disponibles distintas opciones de montaje, con marcos de uno, dos o tres elementos, que pueden instalarse horizontal o verticalmente, adaptándose así a las necesidades estilísticas de cualquier espacio.