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La Asociación europea EFSN-Eurosprinkler ha iniciado una campaña en España para concienciar sobre la importancia de instalar rociadores automáticos para reforzar la protección activa contra incendios en los edificios. A esta campaña de difusión se ha sumado Tecnifuego, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios.
A través de un vídeo muy didáctico se muestran los tiempos de ignición al iniciarse un incendio y la acción de los rociadores automáticos en la extinción. En concreto se trata de trasladar a la población las ventajas de instalar rociadores automáticos (sprinkler). Los rociadores han demostrado su eficacia ante los incendios durante décadas y cada vez más países los adoptan en todo tipo de edificación, en especial en bloques de viviendas en altura y residencias de ancianos.
Avanzando en esta necesidad de aplicar sistemas eficaces de protección contra incendios, en España, recientemente, se ha publicado la norma UNE-EN 16925:2020, que cubre el diseño de sistemas de rociadores residenciales. La normativa presenta una oportunidad de ampliar las exigencias de protección activa contra incendios en edificios en beneficio de todos: usuarios, propietarios, aseguradoras y bomberos llegada su intervención.
En la mayoría de los países de nuestro entorno se presenta una tendencia reglamentaria para que las nuevas edificaciones que se construyen están provistas de sistemas automáticos de extinción de incendios; especialmente a partir de una cierta altura de evacuación. En el gráfico de abajo se pueden ver y comparar estos datos:
Como se puede comprobar, en España, los rociadores en Residencial Público (hoteles) se exigen a partir de los 28m de altura y en Residencial Privado (el resto) a partir de los 80 m. No se exigen rociadores, por ejemplo, en lugares de personas vulnerables, como en residencias de ancianos, ni en clínicas ni hospitales a no ser que superen los 80m de altura.
Queremos incidir en que los rociadores ofrecen ese tiempo extra de respuesta que se puede precisar a la hora de evacuar un edificio o mientras los bomberos llegan al lugar del siniestro. Un tiempo primordial para escapar de un incendio sobre todo en el caso de ancianos y personas de movilidad reducida.