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La crisis sanitaria a raíz de la pandemia ha evidenciado, entre otras cuestiones, la necesidad de reforzar las infraestructuras del sistema público de salud. “En este contexto, la adaptación de espacios para combatir la enfermedad no ha dejado de ser una medida provisional: recuperar el nivel de atención de otro tipo de pacientes no COVID-19 es vital para bajar la presión hospitalaria y volver a cierta normalidad”, aseguran desde la empresa Pladur.
Tanto la construcción de nuevos espacios como la rehabilitación de los existentes se ha convertido a una cuestión imperante. Este tipo de proyectos se caracterizan por unos requerimientos muy exigentes no solo en términos de protección y seguridad de los pacientes y del personal sanitario, sino también en cuanto a tiempo de ejecución y puesta en funcionamiento, dada la situación de emergencia.
“Uno de los proyectos más interesantes en este aspecto ha sido el Hospital de Emergencia COVID-19, antiguo Hospital Vigil de Quiñones (y popularmente conocido como Hospital Militar de Sevilla)”, señalan. Abandonado durante más de 15 años y con una estructura debilitada y castigada, su puesta a punto para hacer frente a los retos de la pandemia implica, entre otras intervenciones, la reforma integral del antiguo Hospital de Día Médico para 25 puestos de UCI, o el acondicionamiento y reforma de 3 plantas de Hospitalización con un total de 144 camas.
Además de, lógicamente, otras intervenciones como la adecuación y refuerzo de las infraestructuras generales, así como trabajos de reparación de todos los estragos causados por la negligencia y el paso del tiempo.
Desde Pladur destacan que a los obvios requisitos de elevada protección frente al fuego y resistencia a la humedad se unía la gran importancia de no sobrecargar una estructura afectada por el abandono, la necesidad de mejorar la calidad del aire interior de las estancias y, por supuesto, lograr una ejecución de la obra y puesta en uso en tiempo récord.
“La integración de los productos y sistemas Pladur permitió hacer frente a todos estos retos, mediante la utilización de placas N, H Y F 13 y 15 en tabiques y trasdosados; la introducción de la placa Magna para aumentar la sectorización y la protección frente a incendios en tabiques, patinillos de instalaciones, conductos verticales, etc.; y los techos Pladur Fon Air, que gracias a un alma de yeso especialmente formulada, son capaces de absorber los formaldehídos perjudiciales para la salud, purificando y mejorando la calidad del aire interior”, explican.
La gran versatilidad de estos sistemas de construcción en seco, rápidos en instalación, flexibles y sumamente ligeros para no sobrecargar las estructuras, permitió que tanto el tiempo de ejecución como la puesta en servicio del hospital se pudiera reducir, de forma estimada, en más de un 50%. Se garantiza siempre “la máxima seguridad de los usuarios, mediante el cumplimiento de los más altos estándares normativos, como así lo acreditan sus numerosas certificaciones”.