El proyecto coordinado por el ITC investiga el uso de la cáscara del huevo como materia prima en la fabricación de azulejos y cuenta con la participación de Agotzaina, especialista en a la elaboración de ovoproductos líquidos pasteurizados de alta calidad, la empresa portuguesa Adelino Duarte da Mota (Grupo Mota Ceramic Solutions y las firmas castellonenses Euroatomizado y Maincer, además de la Universidad de Aveiro, en Portugal.
"La idea del proyecto surge al identificar un problema en la industria del procesamiento de huevos, ya que se estima que en Europa se generan alrededor de 150.000 toneladas de cáscaras de huevo cuyo destino son los vertederos. A menudo producen problemas, como malos olores o crecimiento de bio-organismos que suscitan quejas o denuncias", explica la investigadora principal de del proyecto en el ITC, la Doctora Francisca Quereda.
La necesidad de proteger las materias primas vírgenes y no renovables junto a la experiencia previa de los integrantes de este proyecto en el ámbito del procesamiento de cerámica y valorización de residuos, ha animado al consorcio a tratar de demostrar la viabilidad técnica de la utilización de la cáscara de huevo como materia prima secundaria en la producción de azulejos de cerámica, ya que el carbonato cálcico que contiene la cáscara de huevo se utiliza en las composiciones cerámicas.
Cómo se obtiene el carbontato cálcico
El primer paso que se estudia es el diseño de un dispositivo que ayude a separar la membrana de la cáscara del huevo que es la que contiene el carbonato cálcico, y procesar este para ser utilizado en la composición cerámica.
Se calcula que hasta la fecha de fin del proyecto, marzo de 2024, se podrán reciclar 5.400 toneladas al año de producción de cáscara de huevo de Portugal, mientras que en España se alcanzarían las 5.600 toneladas/año de producción .
En el caso de la industria cerámica, y en Portugal este bio-carbonato cálcico extraído de las cáscaras de huevo supondría el 18% con respecto al uso total de esta materia prima (unas 30.000 toneladas al año), mientras que, en el caso de España, reemplazaría un 4% del total, estimado en 150.000 toneladas al año.
"Si tenemos éxito, este proyecto redundará en beneficios económicos, tanto para la industria de transformación de huevos como para la industria cerámica, pero también en beneficios ambientales, ya que contribuirá a la aplicación de la Directiva marco sobre residuos (Directiva 2008/98/CE) siguiendo los objetivos y metas de la Hoja de Ruta para una Europa eficiente en el uso de los recursos, entre otros muchos aspectos más", incide Francisca Quereda.