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Afelma (Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes) ha examinado la reciente normativa francesa (agosto de 2019) cuyo objetivo es facilitar el acceso a los préstamos ecológicos para impulsar la rehabilitación energética y tratar de extraer conclusiones para la situación española.
En primer lugar, la nueva regulación ha relajado las condiciones de acceso de los propietarios u ocupantes para beneficiarse del Eco-Préstamo a Tasa Cero (eco-PTZ).
Esto, permite que todas las viviendas construidas desde hace dos años puedan acceder a los eco-PTZ, cuando hasta ahora, solo lo hacían las construidas antes de enero de 1990. La nueva normativa francesa ya no exige que se realicen diversos trabajos de rehabilitación energética, sino que, desde marzo de 2019, una sola operación es suficiente para acceder al préstamo.
Para llevar a cabo una acción única (aislamiento o instalación de equipos) el monto se eleva hasta los 15.000 euros (cinco mil más que en la regulación anterior) y para los trabajos de aislamiento térmico de ventanas (para reemplazar ventanas de acristalamiento simple) y puertas al exterior, el máximo es de 7.000 euros. Para dos actuaciones realizadas simultáneamente, el límite aumenta a 25.000 euros (frente a los 20.000 euros de antes). El máximo es de 30.000 euros para un grupo de tres o más obras.
Se modifica el periodo de amortización, que ahora se sitúa de manera estándar en 15 años frente a los 10 años de la anterior regulación.
Las acciones de rehabilitación que permiten acceder al eco-PTZ son: trabajos de aislamiento térmico (techos, paredes exteriores, cerramientos acristalados y puertas exteriores, y pisos bajos, antes excluidos), instalación o reemplazo de un sistema de calefacción o producción de agua caliente sanitaria que emplee energías renovables.
El préstamo está abierto a mejoras del rendimiento energético de la vivienda si ha recibido una prima de la Agencia Nacional de Vivienda con un límite de 20.000 euros, que permite a los hogares de bajos ingresos acceder al crédito y financiar el resto de las mejoras. Además, otorga hasta 10.000 euros para llevar a cabo obras de rehabilitación del sistema de saneamiento no colectivo.
Francia ha acometido estos cambios al constatar que en 2018 los créditos concedidos disminuyeron en un 23% en comparación con 2017.