Se trata de un sistema de climatización que permite, mediante el uso de energías renovables, tanto calentar como refrigerar un espacio de forma sostenible. Así pues, durante los últimos meses, el modelo se ha testado en la Base Antártica Gabriel de Castilla para comprobar su funcionamiento y resistencia en las condiciones climáticas más adversas.
ACR Grupo y la Universidad de Navarra han enviado un prototipo de fachada industrializada a la Antártida para testar, en las condiciones climáticas más adversas, un novedoso sistema de calefacción y refrigeración que llevan investigando desde el año 2016.
Se trata de un modelo que apuesta por la
sostenibilidad y el proyecto se está desarrollando en colaboración con la
Escuela de Arquitectos de la Universidad y está financiado por el
Gobierno de Navarra mediante fondos Feder de la Unión Europea. El presupuesto global del proyecto asciende a más de 310.000 euros.
La Base Antártica Española Gabriel de Castilla ha sido la encargada de recoger durante los últimos meses la información sobre el funcionamiento de la fachada. Se trata de la primera vez que se prueba un prototipo de estas características en condiciones tan complejas como las existentes en la Antártida.
El proyecto, cuyo objetivo es buscar una alternativa sostenible para la climatización de los Edificios de Consumo Casi Nulo, permite unir calefacción y refrigeración en un único sistema que elimina las emisiones de CO2 asociadas a combustibles fósiles, así como el uso de fluidos refrigerantes, utilizando solo energía fotovoltaica renovable, todo ello gracias a las propiedades de la termoelectricidad.
Este programa innovador y diferencial en el sector de la edificación se enmarca en el proyecto "Green Campus" de la iniciativa Horizonte 2020 de la Universidad de Navarra, así como en la filosofía de ACR Grupo de apostar por la innovación como una de las vías fundamentales de mejora y optimización de su trabajo y también como una manera de aportar valor a la sociedad en todos aquellos lugares en los que opera.
"Poder probar el sistema en la Antártida representa una gran oportunidad. Por un lado, porque supone formar parte de la tecnología puntera que recala en una base científica tan importante para aprovechar unas condiciones extremas que serían muy difíciles de emular en cualquier ensayo. Por otra, porque representa un importante espaldarazo para un proyecto muy relevante en nuestro grupo y en su apuesta por la I+D como una seña de identidad", explica María Ibáñez Puy, responsable del proyecto por parte de ACR Grupo.