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Una oferta económica ajustada al precio que la Administración considera adecuado para realizar un trabajo impide obtener un contrato. El Foro para la Ingeniería de Excelencia (Fidex), que agrupa a las once principales ingenierías españolas, denuncia que en España la valoración económica de las ofertas en la contratación de ingeniería otorga cero puntos a aquella que se presenta sin ninguna baja, lo que equivale a rechazarla, ya que es prácticamente imposible compensar ese "cero" con la puntuación de la parte técnica por muy alta que ésta sea.
Este no es más que otro argumento de Fidex para solicitar a la Administración que modifique sus pliegos de contratación y tome como referencia los que utilizan organismos y entidades como la Comisión Europea o los países más desarrollados, y que se ha demostrado útil, efectiva y eficiente en su aplicación, toda vez que hacen prevalecer la calidad por encima del precio.
Además, Fidex propone poner un límite a la aceptación de ofertas que puedan suponer temeridad, como sucede en ocasiones con organismos como Adif. En concreto, la entidad contratante debe exigir a las empresas licitadoras que expliquen el precio o los costes que se proponen en su oferta cuando incurren en baja temeraria. De todos modos, la aceptación de una oferta bajo estas condiciones debería ser una excepción y no deberían admitirse justificaciones basadas en argumentos poco objetivos.
Fidex también pide que la Administración no se limite al mínimo que le exige la Ley de Contratos del Sector Público de otorgar a la calidad un 51% y al precio un 49% a la hora de puntuar las ofertas. Nuevamente, el ejemplo de la Comisión Europea o de entidades como los bancos de desarrollo europeo, americano y africano, que puntúan otorgando a la calidad un 80% y al precio un 20%, debería ser considerado por las administraciones como referente.
La contratación que utilizan estos organismos incorpora criterios técnicos aplicables para puntuar y evaluar ofertas. En España, la administración pública ha considerado que lo único objetivo era el precio, cuando en realidad son puntuables aspectos como la experiencia, los recursos humanos y técnicos, etc.