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“El reciclado material y la valorización energética de residuos en fábricas de cemento evitaron en 2015 el vertido de 2,3 millones de toneladas de residuos, una cantidad con la que se podrían llenar 700 piscinas olímpicas”. Estos datos, se recogen en la última actualización del informe sobre “Reciclado y valorización de residuos en la industria cementera en España”, elaborado por el Instituto Cerdà y presentado hoy en Barcelona por la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente, Fundación CEMA.
Por primera vez, el estudio realiza un análisis comparativo detallado de los costes de gestión de residuos municipales en vertedero, tanto por comunidades autónomas, como por países europeos. En este sentido, España, con un coste medio de 46,2 euros por tonelada “está aún muy alejada de otros países de nuestro entorno como Bélgica, Dinamarca, Alemania, Suecia o Austria, en los que prácticamente han desaparecido los vertederos y cuyas tasas de vertido duplican o incluso triplican los españoles”, ha explicado el director gerente de la Fundación Cema, Dimas Vallina, durante el acto de presentación.
“La implantación de tasas disuasorias al depósito de residuos en vertedero es la vía más efectiva para mejorar las tasas de reciclado y para convertir los residuos no reciclables en recursos, en línea con las políticas de economía circular de la UE. No debemos olvidar que la fermentación de la materia orgánica produce metano, un gas 25 veces más nocivo que el del CO2 en el avance del calentamiento global”, añadió.
De las 33 fábricas de cemento existentes en España, 29 están autorizadas para el empleo de combustibles preparados a partir de residuos. En 2015, la industria cementera española recuperó energéticamente 749.372 toneladas de residuos, evitándose así la emisión a la atmósfera de 705.000 t de CO2 equivalente, un volumen similar al que capturan anualmente 141.000 hectáreas arboladas.
El porcentaje de sustitución energética —de combustibles fósiles por residuos— en la industria cementera española alcanza así el 23,4% una cifra muy alejada de la obtenida por otros países de nuestro entorno líderes en protección medioambiental como Austria (75,1%), Alemania (64,6%) o Bélgica (50%).