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Se puede afirmar que el certificado energético de los edificios es ampliamente conocido por los ciudadanos españoles. Según una encuesta llevada a cabo por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, Idae, más de un 50% de ellos declaranconocerlo "y hasta un 36% manifiesta que lo tendrían en cuenta a la hora de vender o alquilar una vivienda". Pero aún está muy asentada la percepción de que el certificado energético de los edificios constituye, por encima de sus evidentes ventajas, un trámite o un mero impuesto. Por eso conviene aclarar conceptos y conocer detalles.
El 30,4% del consumo de energía final de España se produce en edificios de viviendas y servicios. "Se ha construido sin ningún criterio de eficiencia, el 90% de ellos son anteriores a la aplicación del Código Técnico de la Edificación, CTE, y un 60% son anteriores a la aplicación de la NBE-CT 79" afirman.
El consumo de energía por metro cuadrado de los edificios en nuestro país supera de media los 140 kWh/m2/año. Así mismo en España, a pesar de que la intensidad energética global — consumo de energía por unidad de PIB— presenta desde el 2004 una tendencia decreciente, los indicadores asociados a los edificios muestran cierta resistencia a la baja, especialmente en el sector servicios. Pero además de viejos, ¿Cómo es la eficiencia energética de nuestros edificios?
En los edificios españoles existen márgenes de mejora de hasta el 50% por lo que respecta al consumo de energía. Desde junio de 2013, momento en que entra en vigor la Certificación Energética de los Edificios, hasta ahora, ya se han certificado unos 1,5 millones de inmuebles. El balance es que ocho de cada diez edificios españoles tienen una certificación energética “E”.