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El sector hotelero ha apostado por la eficiencia y el respeto al medio ambiente en los últimos años y ha evolucionado de forma positiva hacia la sostenibilidad, una forma de gestión eficiente y a la vez compatible con el desarrollo económico. Sin embargo, tiene todavía un gran potencial de ahorro, por cuanto los hoteles son establecimientos que consumen energía permanentemente a lo largo de las veinticuatro horas del día y trescientos sesenta y cinco días al año.
El segundo concepto de gasto en los hoteles, después del de personal, es el de la energía. Un dato relevante si tenemos en cuenta que el sector turístico tiene alrededor de un 25% de potencial de ahorro energético, lo que supondría una suma nada desdeñable para cualquier empresa y, sobre todo, para el medio ambiente.
“En la búsqueda de esta eficiencia cada vez más los hoteleros tienen presente el concepto de sostenibilidad y acometen reformas en sus establecimientos en las que apuestan por el aluminio como elemento clave. Simples medidas de eficiencia energética como la sustitución de cerramientos poco eficientes o de ventanas envejecidas y de baja resistencia térmica por ventanas de aluminio, supondrían una reducción del consumo de calefacción de hasta un 50%, no sólo por la reducción de pérdidas de calor, sino también por la reducción de infiltraciones de aire”, explica Juan Almansa, director gerente de Grupo Almansa.
La sustitución de cerramientos poco eficientes por otros con mejores prestaciones energéticas es una de las actuaciones sobre los edificios más rentables, fáciles y rápidas de realizar. Con ello, según el Grupo Almansa, conseguiremos mantener nuestros edificios más cálidos en invierno y más frescos en verano, con lo que se reducirán los costes, impulsando la eficiencia energética, reduciendo el impacto medioambiental y dotando al inmueble de un aumento de confort.
“La rehabilitación de un hotel puede llevarse a cabo por motivos de todo tipo: diseño, habitabilidad, sostenibilidad, seguridad… Pero, sea cual sea la causa que justifica la remodelación, cabe aprovechar la ocasión para estudiar todos aquellos aspectos que puedan mejorarse o modificarse en aras del ahorro y de la comodidad. En definitiva, una mejor calidad de vida”, señala el director de Grupo Almansa.
Si bien este sector se caracteriza por su espíritu de mejora y dinamismo, aún es mucho el camino que queda por recorrer para alcanzar niveles óptimos de eficiencia. Mejorar en este aspecto implica siempre un ahorro energético y un incremento notable del confort, dos objetivos que el gran motor de la economía española debe perseguir para mejorar sus márgenes.